Con especial tristeza recibimos recientemente la noticia del fallecimiento del más importante de los especialistas en conservación vegetal a nivel mundial, y uno de los taxónomos y divulgadores de la ciencia botánica más activos de las últimas décadas, Vernon Hilton Heywood, que nos dejó la noche del 17 al 18 de septiembre de 2022, tras una larga enfermedad, a los 94 años de edad. El profesor Heywood nació en Edimburgo (Gran Bretaña) el 24 de diciembre de 1927, y a partir de los estudios de su tesis doctoral, desarrollados en la sierra de Cazorla y Segura, mantuvo un estrecho contacto con los botánicos españoles, ayudando a impulsar muchos proyectos, especialmente en la modernización y creación de nuevos jardines botánicos, y en el gran avance realizado en las últimas décadas en materias como la conservación de especies amenazadas, o de las plantas medicinales.
Vernon Heywood estudió en la George Heriot’s School entre 1937 y 1945, pasando después a realizar los estudios superiores en la Universidad de Edimburgo, de 1945 a 1949, donde se tituló en Ciencias, dentro de la especialidad de Biología Vegetal, con honores de primera clase, realizando sus primeros trabajos de investigación bajo la supervisión del profesor William Wright Smith (1875-1956). En junio de 1947 realizó su primer viaje a España, acompañando al profesor Paul L. Giuseppi (1881-1947). En esos años en Edimburgo conoció a Peter Davis, con quien realizó su segundo viaje de recolección de plantas a España, ya en 1948; a partir de ese momento, decidieron que Heywood estudiaría las plantas españolas y Davis las de Turquía. Entre 1949 y 1953, realizó sus estudios de doctorado bajo la dirección del profesor Edred John Henry Corner (1906-1996). Se trasladó para ello al Pembroke College de la Universidad de Cambridge. La tesis doctoral fue el inicio de un prolongado contacto con España y con la ciencia taxonómica, dando como resultado, entre muchos otros, la descripción de nuevas especies para la ciencia como
Heywood fue nombrado profesor en la Universidad de Liverpool, en 1955, ascendido a profesor titular en 1960 y a lector en 1963. Se le otorgó la cátedra y jefatura del Departamento de Botánica en 1964 y dejó Liverpool en 1968. Durante esta etapa, además de iniciar una fecunda línea de investigación en taxonomía vegetal y sistemática, fundó el primer máster en Gran Bretaña de Taxonomía Vegetal Pura y Aplicada, y estableció en su departamento el secretariado del proyecto Flora Europaea, de cuya obra publicada fue miembro del comité editorial. Además de los aspectos de coordinación, Heywood consiguió recaudar los fondos para la financiación del proyecto y su posterior edición, bajo la presidencia del profesor Thomas G. Tutin (1908-1987).
En 1968 se trasladó a la Universidad de Reading, donde fue profesor de Botánica, jefe de departamento y director del Jardín Botánico (1978-1987), desempeñando entre otros cargos el de director de la Escuela de Ciencias Biológicas (1972-1975) y decano de la Facultad de Ciencias (1978-1981). El traslado a Reading conllevó igualmente el de sus funciones para Flora Europaea, consiguiendo que se le adscribieran nuevos investigadores y secretarias para el proyecto. Vernon Heywood permaneció vinculado a la Universidad de Reading hasta su fallecimiento, en los últimos años en condición de profesor emérito. Durante toda su etapa en Liverpool y Reading estableció lazos de amistad y colaboración con equipos españoles, especialmente en las universidades de Sevilla, Valencia, Córdoba o Murcia, así como con el CSIC y en el Jardín Botánico Canario “Viera y Clavijo”. Desde Reading, Heywood desarrolló proyectos, entre otras entidades, para la Fundación Europea de la Ciencia, y destacó por su actividad en estudios de taxonomía y sistemática. Paralelamente, publicó como autor o editor algunos de sus textos más conocidos, como
Vernon Heywood no se conformó con su ya amplia labor en el conocimiento y sistemática de la flora vascular, y entre las décadas de 1960 a 1980 se fue decantando cada vez más hacia los temas de conservación de las especies y comunidades vegetales amenazadas, afianzando su papel pionero en esta materia, y viajando, cada vez con más asiduidad por los cinco continentes, donde a menudo se le requería para impartir conferencias y clases magistrales; sus trabajos y colaboraciones en esta materia fueron especialmente intensos en el área Mediterránea, el Neotrópico, el subcontinente Indio, y más recientemente en China. Desarrolló esta vertiente, entre otras entidades y organismos, en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), donde fue asesor y científico jefe, creando el grupo de especialistas en plantas medicinales, actualmente integrado en la Comisión de Supervivencia de Especies. En 1987 se convirtió en fundador y director de
Cabe destacar igualmente su actividad como organizador y su contribución a la creación y gestión de sociedades científicas internacionales como OPTIMA, la Organización para Estudio Fitotaxonómico del Área Mediterránea, que fundó junto a Werner Greuter. Igualmente fundaron el TDWG (Grupo de Trabajo de Bases de Datos Taxonómicas), que junto a otras iniciativas ya iniciadas por Heywood desde la década de 1980, permitió un avance sustancial en la normalización de la información sobre las plantas europeas y mediterráneas, continuando su actividad hasta la actualidad bajo el apoyo de la Unión Internacional de Ciencias Biológicas. Su interés para avanzar en la compilación y difusión de la información mediante bases de datos le llevó a promover, bajo el paraguas de Flora Europaea, la Iniciativa Paneuropea en Sistemática de Plantas, coliderada por los profesores Benito Valdés y Francesco Raimondo, que a su vez dio lugar en 1999 a la actual Euro+Med PlantBase.
Su actividad no se centró meramente en dar a conocer las especies más amenazadas y sus técnicas de preservación, sino en transmitir la importancia del uso sostenible de las plantas, combinando la conservación de la flora con la del conocimiento tradicional. De este modo, Heywood pasó a ser un pionero en la conservación de las plantas útiles (medicinales, aromáticas, condimentarias, etc.) y de los parientes silvestres de los cultivos, actuando, entre otros, como consultor, para entidades como UICN, FAO,
Vernon Heywood fue un compilador incansable del conocimiento sobre la conservación, reuniendo la información de proyectos por todo el planeta y divulgando sus resultados, tanto en lo referente a las técnicas
Su actividad, primero como taxónomo, y luego como pionero mundial en la conservación, dio lugar a numerosas menciones honoríficas y condecoraciones recibidas a lo largo de su carrera profesional, como la Medalla de Oro de la Sociedad Linneana de Londres (1987), la Medalla Can de Plata del Cabildo Insular de Gran Canaria (1989), la Medalla Hutchinson de la
Heywood se interesó especialmente por los usos medicinales de la flora ibérica, uno de los aspectos que llegó a vivir en directo en el contacto con los habitantes de las sierras de Cazorla y Segura en la década de 1950, y no dudó en transmitir su ilusión para que los investigadores españoles continuaran por esa senda, incluyendo a algunos de los autores de este obituario. Entre otras lecciones magistrales, impartió la conferencia plenaria inaugural en el congreso de la
Desgraciadamente, Vernon y su generación de botánicos británicos tuvieron que enfrentarse a una época problemática en la que muchas instituciones de educación superior de todo el país, que habían albergado a científicos de plantas entusiastas y de renombre internacional, como él, han perdido sus Grados de Botánica. En 2010 sólo había dos inscripciones para el Grado en Botánica, que se ofrecían en las universidades de Reading y Bristol. En el directorio de cursos del Servicio de Admisión de Universidades y Colegios para 2011, ambos desaparecieron. Es una clara muestra de la disminución en los últimos tiempos del interés por la ciencia de las plantas, algo contra lo que siempre luchó Heywood desde el propio mundo académico y el de la divulgación científica.
Sin duda, lo que más impresionó a quienes tuvimos la suerte de conocer a Vernon Heywood y aprender de su amplia sabiduría, fue su faceta humana, su excelente humor y su capacidad para ilusionar a cuantos le rodeaban, así como para crear equipos y redes de colaboración, huyendo del creciente espíritu competitivo que ha caracterizado el mundo de la ciencia en las últimas décadas. Fue ante todo una persona buena, sincera y humilde, que a pesar de su alto reconocimiento internacional no caía nunca en la vanidad. Muy al contrario, trató con especial cariño e igualdad a sus colegas, sin importar que fueran estudiantes o botánicos reconocidos. Fue maestro de maestros, aunque nunca dejó de sentirse estudiante y aprender de cuantos le rodearon. Nos ha dejado no solo un gran investigador, y el principal pionero mundial en la conservación vegetal, sino, por encima de todo, un amigo entrañable, que deja en cuantos lo conocimos un recuerdo imborrable. Descanse en paz, Vernon Hilton Heywood.
Al Dr. Stephen Jury (University of Reading), por la revisión del obituario. Al Dr. Alfonso Susanna (IBB-CSIC), a Stephen Jury y a Laura Bennetto (Bennetto Photography Ltd), por facilitarnos fotografías para este artículo y sus correspondientes permisos de reproducción. Igualmente, al Dr. Jonathan Mitchley (School of Biological Sciences, University of Reading), por las facilidades para la obtención del material gráfico.